En un mundo saturado de fórmulas predecibles y ecos de lo mismo de siempre, LUDE emerge como un fallo en el sistema, un cortocircuito en la monotonía. No vinimos a encajar, vinimos a explotar.
La historia comienza en 2016, cuando Brian (guitarra) y C. de Ramos (voz) deciden construir algo más que una banda: una descarga de energía, una colisión de estilos sin restricciones. Al poco tiempo, la formación se solidifica y en 2017 lanzan su primer trabajo, "Huele a soberbia en espíritus mediocres", un álbum donde el nu metal, el rap, el funk y la electrónica no piden permiso, simplemente arrasan. "Asumiendo el fallo" es el primer aviso, y la escena empieza a tomar nota. Ese mismo año ganan el concurso Crea Murcia y se cuelan en la final de otras tendencias.
El caos bien dirigido se convierte en movimiento y, entre 2018 y 2019, LUDE se embarca en su primera gran gira, compartiendo escenario con referentes como Hora Zulú, Rayden, Skunk D.F. o Brutal Thin. Durante el trayecto, DJ Big Bro (Dj / Scratch) se une al escuadrón, añadiendo más profundidad a un sonido que ya de por sí no tenía barreras. En ese mismo período, quedan segundos en el concurso de bandas de El Vuelo del Fénix (Radio 3), reafirmando que su presencia no es casualidad, sino consecuencia.
Con la gira nacional "Fuck Tour Drama", LUDE pisa cada rincón del país, conectando con quienes sienten la música de verdad. En ese viaje presentan "De Ver/Ser", con la colaboración de Germán González (Skunk D.F.), y en 2019 se coronan en la Battle of Bands de Monroes Music Pub en Torrevieja.
Luego, el mundo se detiene. La pandemia lo congela todo menos a LUDE, que se rearma con su formación definitiva: Brian (Guitarra), C. De Ramos (Voz), Kima (Voz), Salar (Bajo) y Joseda (Batería). No era el final, era la reconfiguración necesaria para el siguiente ataque. En 2022 lanzan su segundo LP, "Lapso", y lo llevan al directo con la rabia y la intensidad que los define. Ese mismo año, LUDE se alza con la victoria en el concurso de bandas a nivel nacional de Iznarock (Granada) y, además, se convierten en finalistas por dos años consecutivos en el concurso de bandas del Resurrection Fest.
Ahora, con las cicatrices de la experiencia y la misma hambre de siempre, LUDE se encuentra en plena mutación. Es momento de subir el siguiente escalón, de romper otra pared. Lo que viene no es un simple disco o una gira más: es la prueba de que las máquinas pueden sangrar, y de que la música, cuando es real, nunca muere.
Esto es LUDE. No miramos atrás. Nos vemos en la tormenta.